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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un ataúd, para albergar a un puñado de monstruos





Ya he mencionado más de una vez, lo que me gustan las clásicas películas de monstruos de la Universal. A pesar de tenerlas todas en DVD, un fanático como yo, se moría por tenerlas en Bluray, pues han sido remasterizadas y la calidad  de la imagen es muy superior. Vi una edición de la colección, que me encantó. El pack, dentro de un ataúd...!












Pero ese detalle, una caja de cartón en forma de ataúd (o más bien, sarcófago), aumentaba el precio muchísimo. Costaba como 90€. Ser fanático es complicado, cuando se trata de dinero. Durante semanas, esperé que el precio disminuyera, en Amazon.uk, pero no fue así. Cansado de esperar, Encontré el mismo pack, sin ataúd, por 15€ y no lo pensé más. Además incluía también las postales con los carteles de la película y un pequeño y bonito libro.







Pero como yo soy así, me quedé frustrado con la idea del ataúd, por lo que decidí que podría hacerme yo uno. Al principio, mi intención era hacerlo también en cartón y lo más parecido al editado. Pero luego, decidí que ya que me ponía a construir un ataúd, lo haría de madera y con apariencia de ataúd.







Yo no se nada de carpintería, soy un inútil total, con un serrucho, clavos etc. Siempre me equivoco en las medidas, pues también soy negado con los números, pero al final, con esfuerzo, errores y cabreos varios, lo saqué adelante. O más o menos...





Las proporciones, para contener el pack del estuche
de los Blurays, no eran las reales (tampoco el ataúd original lo era), 
pero adaptarlo, lo tendía que haber hecho enorme.


Luego, corté en trocitos pequeños un listón de madera, 
para fabricar los soportes de las asas.



Y con unos palitos de madera, fabriqué esas asas.


Para decorar la tapa, recurrí al práctico oyumaru.
es una especie de plástico, con el que puedes hacer moldes 
para modelar.




Elegí unas cuantas baratijas, que guardo en mis cajas 
de baratijas varias, adecuadas para la decoración.


El oyumaru, lo sumerges en agua muy caliente, 
calentada en el microondas y una vez se queda blando,
lo sacas, lo secas...



Lo utilizas para crear los moldes.


Entonces, dejas enfriar el oyumaru, para que endurezca.
Con porcelana fría, rellené esos moldes.


Una vez que la porcelana endurece,
puedes retirar las piezas ya creadas.


Las pinté de oro y las pegué a la tapa del ataúd.
Antes, pinté todo con pintura negra satinada.

Añadí más piezas, creadas de la misma manera 
que las anteriores. También pegué unas molduras finas 
de madera, para adornarlo más.


Entonces, me dispuse a acolchar  interior del ataúd.
Tapizar, es algo que tampoco sé hacer y a ese tamaño tan reducido,
era para mí muy complicado, pero me puse a cortar
cartoncillos del tamaño de cada panel interior 
y tapizarlos con esponja y tela.



Así, hasta 14 paneles.

Al final y después una discusión con mi hermano,
pues se empeñaba en que debía llevar mucho oro,
decidí que solo el murciélago fuera dorado.
A nadie más que a mí, le gustan más los oros,
pero el resultado, podría ser más propio
de un ataúd para Luis II de Baviera,
que de unos monstruos.


También añadí un gran salpicado de sangre,
pues los accidentes, pueden ocurrir... y así, 
darle una nota de color. Aunque ahora que lo veo en las fotos, 
creo que debería haber sido más grande esa salpicadura.


También le añadí unas cadenas, con unas pequeñas 
argollas, pues nunca se sabe cuando tendrá que ser arrastrado,
por una sola persona, por las losas de una fría y oscura cripta.
Y por supuesto, bisagras y cierres.


Y... ¡Voilá! ¡El estuche en su interior!