AQUÍ PUEDES VER MIS DIBUJOS, DISEÑOS Y MUEBLES TRANSFORMADOS, QUE HE REALIZADO A TRAVÉS DE LOS AÑOS. ESPERO QUE TE GUSTEN. GRACIAS.

lunes, 1 de agosto de 2016

Sobria vitrina, recatada de la calle, transformada en una vitrina de estilo chino



Hace unos meses me encontré esta vitrina, en un perfecto estado, tirada en la calle, a varias manzanas de donde vivo. Corrí a casa, para buscar el carro de la compra, para tratar de transportarla, pues era voluminosa y muy pesada. Llegué a casa con ella, pero al borde del colapso.

Pensé en como transformarla y sin poderlo remediar, decidí darle un aire de estilo chino. En rojo, por supuesto.




Decidí, que el interior debía ser en oro, pues quería que brillara y reflejara la luz. No quería gastar dinero en espejos, que fue la primera opción. Busqué diferentes papeles dorados, para hacer un collage, mezclandolos, en diferentes tamaños. Desde papeles de envoltorios de chocolate, a otros de paquetes de tabaco y también papel glitter. Los pegué con cola, cubriendo todo el interior.




Da gusto ver, como brilla y refleja la luz.
También le añadí unas bolas de madera, a modo de patas.


Luego busqué molduras de madera y elegí dos grosores diferentes 
y los pinté de oro, cortando en ángulo, los extremos.


Los corté en trozos y los añadí a las equinas. 
También en los cantos de la parte superior e inferior. 
Incluí unas rosas pintadas también en oro, para las esquinas.



En la parte superior, hice un estarcido en oro.


Entonces, añadí una ilustración antigua 
y unas flores recortadas, chinas. 

También, un listón más ancho, y unos budas dorados, 
de un "Todo a 100", sobre unas peanas,
 también cubiertas con listones. 





En los laterales, elegí unos pavos reales 
y el mismo estarcido en oro.


Compré unos tiradores de latón, en eBay UK
y, como no, le añadí unas borlas con cuentas
de porcelana china, que creí imprescindibles.


Y la coloqué en el único lugar posible.
Mi falta de espacio, no me dio otra opción.


De momento, la he llenado con parte de las Gene Marshall, 
Madra Lord y Barbies de personajes del cine,
que me impresionan y valoro más que un Giacometti,
 desahogando, las otras atestadas vitrinas.


viernes, 29 de enero de 2016

Viejo taburete de madera, convertido en macetero




Con la llegada hace unos meses, de Valentino, mi otro pequeño galgo, tuve que tratar de alejar de su alcance, todas las plantas del salón. Un cachorro lo muerde todo y las plantas, parecen ser una de sus cosas favoritas, para destruir. Y como algunas estaban en el suelo o cerca de él, había que tomar medidas urgentes. Además del destrozo, existe el riesgo de la toxicidad de algunas plantas, por lo que es una tarea imprescindible.

Un cachorro es destructivo, pues es eso, un cachorro y muy inocente. Valentino es especialista en destrozar zapatillas, gafas (he perdido ya la cuenta de cuantas gafas se ha cargado) y demás cosas masticables, como chanclas, que le encantan. Ya conté, creo, lo de la ingesta de alfileres, cuando destrozó aquel acerico. O lo de los calcetines que se tragó. Nunca sabes que será lo siguiente.






Tenía arrinconado, como un trasto más, un viejo taburete recogido de la calle y pensé que era una solución para elevar una gran maceta con un tronco que me encontré también tirado en la calle, de una yucca, del que empezaban a  brotar hojas.

Soy consciente de que tengo unos gustos peculiares y me obsesionan ciertos colores y motivos ornamentales, por lo que no iba a dejar ese taburete de madera tal cual. Sería una gran insensatez, por lo que comencé a pintarlo de rojo chino, después de limpiarlo y lijarlo. Ignoren ustedes el desorden de la mesa, por favor. Creo que ahora que lo he mencionado, todo el mundo reparará en ello.







Entonces, decidí decorar la parte superior, con manchas de leopardo, que es otra obsesión. El pimer paso, pintarlo con un amarillo oscuro y una zona blanca. Luego, comencé a pintarle las manchas en marrón y negro. Pinté de oro los bordes de las dos piezas circulares y lo barnicé.







Lo coloqué en su lugar y lo observé y lo observé, durante un rato, pensando que necesitaba algo más.







Imprimí unas rosas rojas y las pegué en el centro de la parte superior. Es lo que necesitaba. Volví a barnizar.






¡Mucho mejor!


Y la maceta, ya en su sitio, pero como era de imaginar, no a salvo de Valentino, pues posa sus patas sobre ella y llega perfectamente. Aunque estando más alta, la ignora más.





Y es que Valentino ya ha cumplido 8 meses y está tan ato como Lolita, aunque menos robusto que la ancianita.



martes, 24 de noviembre de 2015

Decoración de un marco porta fotos, para Monsieur Chevalier Margarito




Esta foto que encabeza este post, es la primera imagen que vi de mi Margarito, cuando le difundí buscando adopción. Era un pobre perrillo que vivía siendo maltratado, en Sevilla. Meses después, de la primera difusión, no siendo querido ni adoptado por nadie, vino a vivir con nosotros. ¿Como no conmoverse con esa cara y esos ojillos? Además, Margarito es un perrito encantador, sociable, cariñoso, dependiente, lleno de traumas y entrañable. Se puede pasar minutos tumbado en la cama mirándote fijamente, inmóvil, como si te observara con absoluta y verdadera admiración. Minutos sin apartar sus ojos de los tuyos, lo cual dicen que es una muestra de amor, de estas criaturas.

Esa foto del primer plano de su carilla, he querido ponerla en un portafotos desde hace siglos, pero no he podido hacerlo hasta ahora, que me he deshecho de mi vieja y negada impresora, sustituyéndola por otra nueva. El problema era que su formato cuadrado hacía complicado enmarcarla en un formato rectangular, sin cortar esas bonitas orejillas. Otra opción era buscar un marco cuadrado, pero si ya es difícil encontrar uno que me guste rectangular... Finalmente, se me ocurrió alargar la imagen, haciendo un montaje con un retrato de un caballero decimonónico. Voilá! Monsieur Chevalier Margarito!




Sí, ya se que el efecto es un tanto chapucero, pero sin photoshop... ¿que quieren ustedes? Y la perfección de la que carece, queda suplida con creces, con el amor con que ha sido realizado.

Rescaté un viejo y barato marco que compré hace años y que no me gustaba, por ser un tanto sombrío, pues parecía formar parte de un catafalco, aunque con posibilidades de hacerlo más de mi gusto.




Un poco de pintura y... voilá.




¿No ha quedado guapo y distinguido, ese perrillo maltratado de Sevilla al que nadie quería?


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un ataúd, para albergar a un puñado de monstruos





Ya he mencionado más de una vez, lo que me gustan las clásicas películas de monstruos de la Universal. A pesar de tenerlas todas en DVD, un fanático como yo, se moría por tenerlas en Bluray, pues han sido remasterizadas y la calidad  de la imagen es muy superior. Vi una edición de la colección, que me encantó. El pack, dentro de un ataúd...!












Pero ese detalle, una caja de cartón en forma de ataúd (o más bien, sarcófago), aumentaba el precio muchísimo. Costaba como 90€. Ser fanático es complicado, cuando se trata de dinero. Durante semanas, esperé que el precio disminuyera, en Amazon.uk, pero no fue así. Cansado de esperar, Encontré el mismo pack, sin ataúd, por 15€ y no lo pensé más. Además incluía también las postales con los carteles de la película y un pequeño y bonito libro.







Pero como yo soy así, me quedé frustrado con la idea del ataúd, por lo que decidí que podría hacerme yo uno. Al principio, mi intención era hacerlo también en cartón y lo más parecido al editado. Pero luego, decidí que ya que me ponía a construir un ataúd, lo haría de madera y con apariencia de ataúd.







Yo no se nada de carpintería, soy un inútil total, con un serrucho, clavos etc. Siempre me equivoco en las medidas, pues también soy negado con los números, pero al final, con esfuerzo, errores y cabreos varios, lo saqué adelante. O más o menos...





Las proporciones, para contener el pack del estuche
de los Blurays, no eran las reales (tampoco el ataúd original lo era), 
pero adaptarlo, lo tendía que haber hecho enorme.


Luego, corté en trocitos pequeños un listón de madera, 
para fabricar los soportes de las asas.



Y con unos palitos de madera, fabriqué esas asas.


Para decorar la tapa, recurrí al práctico oyumaru.
es una especie de plástico, con el que puedes hacer moldes 
para modelar.




Elegí unas cuantas baratijas, que guardo en mis cajas 
de baratijas varias, adecuadas para la decoración.


El oyumaru, lo sumerges en agua muy caliente, 
calentada en el microondas y una vez se queda blando,
lo sacas, lo secas...



Lo utilizas para crear los moldes.


Entonces, dejas enfriar el oyumaru, para que endurezca.
Con porcelana fría, rellené esos moldes.


Una vez que la porcelana endurece,
puedes retirar las piezas ya creadas.


Las pinté de oro y las pegué a la tapa del ataúd.
Antes, pinté todo con pintura negra satinada.

Añadí más piezas, creadas de la misma manera 
que las anteriores. También pegué unas molduras finas 
de madera, para adornarlo más.


Entonces, me dispuse a acolchar  interior del ataúd.
Tapizar, es algo que tampoco sé hacer y a ese tamaño tan reducido,
era para mí muy complicado, pero me puse a cortar
cartoncillos del tamaño de cada panel interior 
y tapizarlos con esponja y tela.



Así, hasta 14 paneles.

Al final y después una discusión con mi hermano,
pues se empeñaba en que debía llevar mucho oro,
decidí que solo el murciélago fuera dorado.
A nadie más que a mí, le gustan más los oros,
pero el resultado, podría ser más propio
de un ataúd para Luis II de Baviera,
que de unos monstruos.


También añadí un gran salpicado de sangre,
pues los accidentes, pueden ocurrir... y así, 
darle una nota de color. Aunque ahora que lo veo en las fotos, 
creo que debería haber sido más grande esa salpicadura.


También le añadí unas cadenas, con unas pequeñas 
argollas, pues nunca se sabe cuando tendrá que ser arrastrado,
por una sola persona, por las losas de una fría y oscura cripta.
Y por supuesto, bisagras y cierres.


Y... ¡Voilá! ¡El estuche en su interior!